27/09/2016

El Derecho a la Ciudad, reconocido en la Agenda de Hábitat III –ahora hay que asegurar los medios para su implementación

El 10 de septiembre, el Secretariado de Hábitat III publicó el borrador final de la llamada “Nueva Agenda Urbana”, que fue acordado en las reuniones intergubernamentales informales que tuvieron lugar en Nueva York los días 7-9 de septiembre. Tras un largo proceso de negociaciones, el derecho a la ciudad será mencionado por primera vez en Naciones Unidas. Sin embargo, queda por definir cómo será implementado.

 

Una  mención inédita del Derecho a la Ciudad en un texto de la ONU

La determinación de Estados latino-americanos (Brasil, Ecuador, Chile y México) apoyados por el  esfuerzo colectivo hecho a través del trabajo de incidencia política de la Global Taskforce de Gobiernos Locales y Regionales y de la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad, ha contribuido de forma determinante  a la introducción del concepto de “Derecho a la Ciudad” en la Agenda que resultará de Hábitat III –específicamente, se encuentra en el párrafo 11 de la sección “Nuestra visión compartida”:

“Compartimos una visión de ciudades para todas y todos, entendiendo por ello el uso y disfrute equitativo de ciudades y asentamientos humanos, con el objetivo de promover la inclusión y asegurar que todos los habitantes y todas la habitantes  de generaciones presentes y futuras, sin discriminación de ningún tipo, estén en condiciones de habitar y producir ciudades y asentamientos humanos justos, seguros, saludables, accesibles, asequibles, resilientes y sostenibles. Destacamos los esfuerzos de algunos gobiernos locales y naciones para consagrar esta visión, referida como derecho a la ciudad, en sus legislaciones, declaraciones políticas y cartas.”

Cabe destacar que esta definición está basada en la propuesta hecha por la Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad, que cuenta, sin embargo, con una importante ausencia: la referencia a la ciudades como bienes comunes ha desaparecido del texto final.

Sin embargo, más allá de este fragmento, los principios, contenidos y orientaciones básicos del derecho a la ciudad dieron forma a muchas otras secciones, dejando una huella significativa en la “Nueva Agenda Urbana”: la protección y el cumplimiento de los derechos humanos indivisibles a nivel local, sin discriminación de ningún tipo (art. 12, 20, 28), la función social y ecológica del suelo (art. 13.a), la necesidad de combatir la segregación socio-espacial y de conseguir ciudades inclusivas (art. 25, 27, 95-97), la consagración del derecho a una vivienda adecuada  y el reconocimiento de la producción social del hábitat (art. 31-33, 105-112), la consecución de economías locales sostenibles e inclusivas basadas en cambios en los modelos de producción y de consumo y en el trabajo decente (art. 10, 13.d, 43-62). Ahora, toca asegurar mecanismos de implementación y de seguimiento de esta agenda desde lo local.

 

Un concepto que llama a un seguimiento y monitoreo colectivos, partiendo del nivel local

Este resultado es otra de las muchas etapas a superar hacia el pleno reconocimiento del derecho a la ciudad a nivel internacional. Viene a culminar un largo proceso marcado por la implicación de los gobiernos locales y la sociedad civil en el trabajo de incidencia política para la inclusión del derecho a la ciudad a lo largo del proceso de Hábitat III.

Uno de los retos principales que el derecho a la ciudad, y la “Nueva Agenda Urbana” en general, tiene por delante es la concreción de los medios y recursos con que contará para su implementación.  Esta cuestión será materia de debate en el Congreso de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos en Bogotá, del 12 al 15 de octubre, y en  la  Conferencia de Quito, del 17 al 20 de octubre,  y probablemente tendrá continuidad una vez adoptada la Agenda. Será, también, un elemento estratégico en el seno de la Plataforma.

En cualquier caso, los gobiernos locales y regionales, junto con movimientos sociales y la academia, seguirán implementando prácticas y políticas públicas locales para realizar el derecho a la ciudad y así seguir construyendo territorios justos, democráticos y sostenibles.

Ahora corresponde al movimiento global por el derecho a la ciudad, fortalecido por las alianzas consolidadas en el proceso de Hábitat III, defender el reconocimiento de nuestra larga experiencia en la implementación del Derecho a la Ciudad para ser parte, en tanto que organización de gobiernos locales y junto con nuestros colaboradores de la sociedad civil, de los procesos de implementación y monitoreo.