Atravesamos una época de cambios históricos donde las crisis se superponen generando mayor incertidumbre, desigualdad y vulnerabilidad. Aquí y allá se suceden procesos de fragmentación geopolítica, discursos políticos y posturas xenofóbicas y supremacistas, polarización social, deslegitimación institucional, etc. En este contexto de creciente inestabilidad son precisas las soluciones sistémicas y globales mediante respuestas colectivas, donde el enfoque basado en derechos humanos cobra todo su sentido y supone un buen marco desde el que construir alternativas justas y eficaces. Desde el punto de vista de las instituciones, garantizar los derechos humanos como base del estado de bienestar y de derecho, es imprescindible. Por lo que, la inclusión y reconocimiento de sujetos políticos diversos, también va a garantizar la gobernabilidad y la paz social, mediante mecanismos de justicia social.
El desarrollo y profundización de la democracia exige evitar, paliar y suprimir, tanto como sea posible esas violencias que se dan en contextos de desigualdad mediante lógicas inclusivas y de gobernanza colaborativa. La Agenda 2030 y su Objetivo 16 habla de promover: “sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y construir a todos los niveles instituciones eficaces e inclusivas que rindan cuentas”. Las instituciones tienen que adaptarse debidamente a diversos retos y al cambio de sus sujetos de referencia, provenientes en gran medida de los procesos migratorios.
La Diputación Foral de Gipuzkoa parte de una visión concreta, aspirando a ser el territorio con menor desigualdad en Europa, procurando asumir la responsabilidad compartida del desarrollo de una vida plena en derechos de todas las personas que viven aquí y, por ende, evitar que la diversidad se convierta en motivo de discriminación. La premisa inicial de la institución foral parte desde una sociedad plural, interseccional de las diversidades y desde una garantía del pleno disfrute de los derechos de cada una de las personas que viven en Gipuzkoa. De este modo, tanto su política como la gestión de la misma, asume plenamente los principios que integran el Enfoque Basado en Derechos Humanos como son la universalidad, interdependencia e indivisibilidad, la no discriminación, la participación y el empoderamiento, la rendición de cuentas y la transparencia.
Esta Diputación viene demostrando a través de su acción de gobierno, la voluntad de mantener el sistema de gobernanza en materia de Derechos Humanos que ya puso en marcha, mediante la participación activa de muchas personas y entidades que han co-generado un plan de acción conjunto. Queremos que la senda abierta para la articulación del diálogo mediante estructuras de escucha activa entre todos los participantes y otros muchos más, permita fomentar sinergias y trabajar en red, de forma coordinada para que entre todos podamos ampliar la acción y, sobre todo, hacer realidad la idea de reducir las desigualdades en este espacio que compartimos.
- II Plan Foral de Diversidad. Igualdad en Derechos.
- Programa educativo “Construyendo Diversidad”.
- Programa de ayudas a municipios y entidades sin ánimo de lucro para la promoción de los Derechos Humanos.