Ámsterdam

Ámsterdam es una ciudad pluralista, diversa y tolerante. Este carácter abierto está inextricablemente ligado a su vocación internacional. A lo largo de los siglos, Ámsterdam ha acogido a disidentes o a personas que huyen de la persecución por sus creencias u orientación. Aquí, pueden ser quienes desean ser y participar activamente en el proceso social. 

Ámsterdam tiene una larga historia como refugio para los librepensadores. Desde Spinoza, quien sentó las bases. Desde la fundación de la Ilustración hasta el primer matrimonio entre parejas del mismo sexo, Ámsterdam ha servido a menudo como escenario para quienes buscan la libertad y se resisten a los prejuicios y dogmas imperantes. 

Incluso si un país cuenta con una constitución excelente, separación de poderes e instituciones políticas, una democracia solo funciona si los ciudadanos también se preocupan por los valores democráticos y el bien común. Y si las personas tienen acceso a derechos y libertades. El abuso de los derechos fundamentales debe abordarse a nivel local. La discriminación, el sexismo, el racismo y otras formas de intolerancia deben combatirse a nivel local. 

Los derechos humanos son, eminentemente, un ámbito en el que los diferentes niveles de gobierno pueden complementarse. Los gobiernos nacionales son los que dialogan, mientras que los gobiernos locales pueden demostrar cómo llevar el mensaje a la práctica. Los derechos humanos son uno de los pilares de la política internacional de Ámsterdam. Ámsterdam cuenta con una sólida trayectoria en este ámbito, colaborando con socios como la Fundación Ana Frank, organizaciones LGBTIQ+ y colaboradores que trabajan en defensa de los derechos de las mujeres. 

En los próximos años, se prestará especial atención en el contexto internacional a cuestiones como la libertad de expresión y el Estado de derecho. Las ciudades que operan en un entorno político nacional autoritario pueden contar con la cooperación de Ámsterdam. Por ello, Ámsterdam se ha unido al Pacto de Ciudades Libres, impulsado por los alcaldes de Budapest, Varsovia, Praga y Bratislava. Ciudades como Estambul, Taipéi y Los Ángeles también se han unido con el objetivo de formar una alianza informal para combatir el populismo nacionalista. 

"Ámsterdam como refugio" se está fortaleciendo aún más. Esto incluirá programas de refugio seguro como Ciudad Refugio y la Red Internacional de Ciudades Refugio (ICORN). Ambos programas ofrecen refugio temporal, formación y seguridad a periodistas, escritores, representantes de la comunidad LGBTQ+, abogados, artistas y científicos que luchan contra las violaciones de derechos humanos en sus países de origen. Ámsterdam llamará la atención sobre ICORN y Shelter City e instará a otras ciudades a asumir su responsabilidad internacional. El objetivo también es crear más espacios seguros en Ámsterdam.