04/04/2014

Ciudades para la vida y derecho a la ciudad: ejes para la nueva agenda de Habitat III

La Comisión Social Inclusión, la Coalición Internacional Hábitat (HIC), FALP y Mercociudades lanzan una declaración conjunta sobre VII Fórum Urbano Mundial, en la que expresan sus críticas y sugerencias respecto al enfoque propuesto por Hábitat III   

* Desarrollo no es igual a equidad y justicia social y territorial.

* Es urgente aplicar un enfoque de derechos humanos a las políticas urbanas y de hábitat. Ciudades para la vida y Derecho a la Ciudad: ejes por la nueva agenda de Hábitat III

 

 

 

 

DECLARACIÓN

1. Del 5 al 11 de abril de 2014 tendrá lugar en Medellín (Colombia) la séptima edición del Foro Urbano Mundial (FUM), encuentro de carácter bienal convocado por ONU-HABITAT con el objetivo de examinar los problemas más acuciantes de la realidad urbana. Este año, el eje temático será “Equidad Urbana en el Desarrollo – Ciudades para la Vida”.

2. Los movimientos sociales, organizaciones de la sociedad civil, profesionales y activistas que integran la Coalición Internacional para el Hábitat (HIC), junto con los gobiernos locales que conforman la Comisión de Inclusión Social, Democracia Participativa y Derechos Humanos de la organización mundial Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), el Foro de Autoridades Locales de Periferia (FALP) y la red Mercociudades expresan a través de esta declaración conjunta su posición política respecto al planteamiento conceptual del VII FUM.

3. Sin lugar a dudas, el mundo urbano de hoy es profundamente desigual, y las y los habitantes de las ciudades y pueblos sufren los efectos de esta realidad en sus múltiples dimensiones: pobreza y dificultad de acceso a una alimentación adecuada; falta de acceso a empleo y precariedad laboral; escasez de suelo y de vivienda adecuada; segregación territorial,; deficiente dotación de servicios básicos, de redes accesibles de transporte multimodal y de espacios públicos de calidad; construcción de mega obras urbanas que a menudo producen desalojos y desplazamientos forzados de población local; déficits educativos y de atención a la salud; trato desigual y discriminatorio hacia las mujeres, las diferentes orientaciones sexuales o los grupos étnicos y culturales minoritarios; falta de autonomía personal por razón de edad, de alguna enfermedad o discapacidad; situación de vulnerabilidad de personas inmigrantes; ausencia de igualdad de oportunidades para jóvenes y de atención especial para aquellas/os en situación de riesgo social; falta de atención a la infancia y a las personas mayores, criminalización de la protesta social... En otras palabras, la desigualdad urbana se deriva de la privación sistemática de los derechos esenciales de ciudadanía para gran parte de la población.

4. Por este motivo, no compartimos la argumentación expuesta en la nota conceptual del VII FUM que, de forma sintética y empobreciendo la gran variedad de problemáticas urbanas sin ni siquiera relacionarlas con cuestiones más estructurales, aduce que a mayor crecimiento, mayores índices de equidad. El abismo cada vez más grande entre ricos y pobres pone de manifiesto que los beneficios del crecimiento no se distribuyen de forma equitativa sino que tienden a concentrarse en las manos de quienes más tienen. Sin políticas transversales de redistribución de la riqueza a nivel local, nacional, regional y mundial la ecuación crecimiento = equidad es una falacia muy peligrosa, que alienta la destrucción del planeta y no cuestiona el modelo actual de producción, acumulación y consumo irresponsable.

5. Es por ello que, a nuestro entender, luchar por ciudades más equitativas pasa en realidad por reivindicar una mayor justicia social y espacial a través del respeto, la protección y la realización plena de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales para las generaciones actuales y futuras. Implica, asimismo, fortalecer la democracia participativa como eje vertebrador de la garantía de derechos, y de la sostenibilidad y eficacia de las políticas públicas. Y pasa, a la vez, por reconocer los esfuerzos que comunidades, pueblos, movimientos sociales y gobiernos locales desarrollan cada día para mejorar la vida en las ciudades. Éste debe ser el marco conceptual para la elaboración de políticas públicas de largo aliento para la promoción y defensa de la equidad en nuestros territorios.

6. Ante la primacía otorgada en la fundamentación teórica del documento conceptual del FUM a los objetivos de crecimiento y desarrollo económico anteponemos criterios de justicia social y espacial y de vida digna para todas y todos. Rechazamos la lógica desarrollista predominante y abogamos por un cambio cultural, social, económico y político más respetuoso con la naturaleza y con el conjunto de la humanidad, presente y futura.

7. En este sentido, defendemos el concepto de Derecho a la Ciudad, que entendemos como el usufructo equitativo de los beneficios y oportunidades que debe ofrecer el ámbito urbano (trabajo, salud, educación, vivienda, recursos simbólicos, participación política, etc.) y como herramienta para imaginar y construir otra ciudad posible: democrática, sostenible, equitativa, solidaria y respetuosa con las realidades rurales. Reclamamos, en definitiva, la necesidad de revertir las dinámicas urbanas, poniendo a las personas y no al mercado en el centro de la agenda política urbana.

8. Por consiguiente, no suscribimos la definición del concepto de “Equidad en el Desarrollo” propuesto por ONU-Hábitat y hacemos un llamamiento para que los debates del FUM se desarrollen a partir de los principios que emanan del concepto de “Ciudades para la Vida” (también mencionado en la nota conceptual), que recogen más de dos décadas de reflexiones y propuestas de la sociedad civil y reflejan mejor la ciudad que queremos y podemos construir.

9. Con esta mirada, nosotras y nosotros, representantes de movimientos sociales urbanos, de la sociedad civil organizada y de autoridades locales miembros de la Comisión de Inclusión Social, Democracia Participativa y Derechos Humanos de CGLU, el Foro de Autoridades Locales de Periferia (FALP) y la red Mercociudades nos comprometemos a trabajar de manera conjunta en el proceso que conducirá a la Cumbre de Hábitat III a fin de que en ella no se pierdan de vista todos y cada uno de los derechos humanos reconocidos a nivel internacional, de que los debates no se realicen de espaldas al campo y de que el derecho a la ciudad sea reconocido en la Nueva Agenda Hábitat, junto con las medidas, indicadores e instrumentos necesarios para su implementación a nivel mundial, regional y local.

10. Por último, instamos a ONU-Hábitat a que garantice una participación efectiva de la sociedad civil y de las autoridades locales en la preparación, organización y realización de la Cumbre de Hábitat III. Emplazamos asimismo a ONU-Hábitat a que convierta el FUM en un espacio real de debate y construcción colectiva, a que desarrolle un abordaje de las cuestiones urbanas en base a un enfoque de derechos humanos en colaboración con el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, y a que refuerce el papel del Consejo Asesor de las Naciones Unidas para las Autoridades Locales (UNACLA) como órgano de articulación entre gobiernos locales y nacionales.

Esta declaración está abierta a aquellos colectivos, redes u organizaciones de la sociedad civil y de gobiernos locales que compartan sus principios. Lanzamos, por consiguiente, un llamamiento a que la suscriban y difundan entre sus miembros.

Coalición Internacional para el Hábitat (HIC): 

www.hic-net.org[email protected]; [email protected]       

Comisión de Inclusión Social, Democracia Participativa y Derechos Humanos de CGLU:

www.uclg-cisdp.org; [email protected]

Foro de Autoridades Locales de Periferia (FALP): 

www.es.falp2013.com.br;  [email protected]

Mercociudades:

http://www.mercociudades.org;  [email protected]      

*Esta declaración no refleja la posición del conjunto de CGLU sino únicamente la de la Comisión de Inclusión Social, Democracia Participativa y Derechos Humanos (a través de su Presidencia colegiada).